FRUTOS SECOS. UNA TRADICIÓN EN NAVIDAD
Como el árbol de Navidad, el pesebre o los adornos que estas fechas inundan los hogares, los frutos secos también tienen su historia
Antiguamente las coronas navideñas que se hacían con ramas secas se adornaban con piñas y frutos secos que representaban un signo de poder y dignidad de las personas que habitaban la vivienda, además son un símbolo de vida eterna.
Los frutos secos están muy incorporados a estas fiestas ya que el origen de la festividad navideña proviene principalmente del hemisferio norte, y los frutos secos son un alimento ideal para las temperaturas invernales, siendo además productos de temporada, por lo que son muy frecuentes en las mesas.
El turrón y el mazapán productos típicos navideños, su ingrediente principal es la almendra, un producto de temporada, al igual que la fruta de temporada del final del verano (ciruelas, albaricoques, melocotones, higos), se desecaba para poder consumirla en invierno.
En nuestro país en la postguerra el turrón no estaba al alcance de muchos bolsillos, por lo que era muy habitual el consumo de los higos secos rellenos con nueces, un producto más barato y que se denomino popularmente como el “turrón del pobre”.
El roscón de reyes también tiene a la almendra como ingrediente principal, representa una corona, la cual se adorna con frutos secos y fruta escarchada de diferentes colores, que simulaban las joyas que estaban incrustadas en las coronas de los Santos Reyes que significan Paz, Amor y Felicidad.
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